Resumir
la historia del glorioso Cuerpo de Infantería de Marina resulta difícil, sobre
todo, teniendo en cuenta que desde el siglo XVI al XIX la hoja de servicios de
un soldado del Cuerpo bien podría ser un extracto de la historia de España.
El
infante de marina estuvo presente en todos los escenarios bélicos donde los
intereses nacionales debían ser defendidos, demostrando su arrojo, disciplina y
valentía, haciendo acreedor al Cuerpo de lemas como "valientes por tierra
y por mar", y de títulos como "El Invencible" (dado al Tercio de
Armada en el siglo XVIII), de privilegios como el que se concede por Real Orden
de 1886 de "Ocupar en campaña el puesto de mayor peligro, el de extrema
vanguardia en los avances y de extrema retaguardia en la retirada". Las
principales acciones son hitos históricos del glorioso Cuerpo de la Infantería
de Marina, como fueron la batalla de Flandes, Sicilia, Cerdeña, Tolón, Milán,
Conchinchina, y Filipinas, Méjico, Cuba,Santo Domingo, Buenos Aires y Cartagena
de Indias, Marruecos, Oran, Guinea y el Sáhara, Gibraltar, Ferrol, Bailén,
Ocaña, San Pedro Abanto, Tolosa, la Muela de Sarrión y Contravieja, así como en
combates navales como los de Lepanto, Islas Terceras, San Vicente, Trafalgar,
Cavite y Santiago de Cuba.
Desde
1763 la Infantería de Marina es el Cuerpo de Casa Real, en premio de la heroica
defensa que 600 infantes de marina hicieron del Castillo del Morro de La Habana
frente a 12.000 soldados de la flota inglesa. Su uniforme mantiene, hoy en día,
las "sardinetas" en su bocamanga y los colores azul y rojo de Tropas
de Casa Real.
En
sus filas han servido hombres como Miguel de Cervantes, soldado de marina en
Lepanto y las Terceras; Pablo Murillo, soldado en Tolón, San Vicente y
Trafalgar, y más tarde General de División y Conde de Cartagena; Martín
Alvarez, granadero a bordo del navío San Nicolás de Bari, en el combate naval
de Cabo San Vicente; y otros muchos que, casi en el anonimato, dieron muestra y
son ejemplo de valor y sacrificio; el Teniente Coronel AlbaceteFuster, que
después de duros combates contra Escudo Infantería de Marina 1537-1931los
carlistas, al mando de su unidad rompió el frente de San Pedro Abanto, llegando
hasta Murrieta en una brillante carga a la bayoneta (1874), acción por la que
se le concede al 2º Batallón la Corbata Laureada de San Fernando; el Teniente
Coronel Diaz de Herrera que al mando de su batallón y con un ímpetu y decisión
logra detener a los carlistas y consolidar la posición en el barranco de
Monlleó (1875), y se distingue en el asalto a la plaza de Cantavieja, donde
muere a pocos metros de la muralla, por tales acciones y por Real Orden sus
restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres; los soldados Rama y Cancela
que rodeados por 1.800 insurrectos en Holguín (Cuba, 1895), defendieron su
puesto a fuego y machete hasta perder la vida; el Teniente Ristori que por la
heroica defensa del arsenal Cavite y luego en Bacoor en 1898, en donde pierde
su brazo, se hace merecedor de la Laureada de San Fernando; el soldado Domingo
Diaz Novalta que a bordo de la fragata Numancia en 1913, se hace merecedor de
la misma condecoración; el soldado Manuel Lois García, perteneciente a la
guarnición del crucero Baleares (1937), que por su heroica acción al arrojar
con sus propias manos los saquetes de pólvora incendiados tras ser el crucero
alcanzado por un proyectil y, con ello, logra salvar la vida de sus compañeros
y posiblemente el propio buque, se le impuso la Medalla Naval Individual y posteriormente
la Cruz Laureada de San Fernando.
ÉPOCAS HISTÓRICAS.
Más de cuatro siglos contemplan las vicisitudes del
Cuerpo de Infantería de Marina, pudiendo distinguirse en su trayectoria
histórica cinco épocas perfectamente diferenciadas, cada una con una función
predominante que la caracteriza.
Primera
Época.
Infantería
de Armada.
Creada
por Carlos I en 1537, al asignar de forma permanente a las escuadras del
Mediterráneo las Compañías Viejas del Mar de Nápoles. Sin embargo, es Felipe II
el que crea el concepto actual de "Fuerza de Desembarco", es decir,
proyección del poder naval sobre la costa, por medio de fuerzas que, partiendo
desde las naves, fueran capaces de abordarlas sin menoscabo de su capacidad de
combate en tierra. A esta época pertenecen los famosos Tercios:
•Tercio
del Mar de Nápoles.
•Tercio
de Armada del Mar Océano.
•Tercio
de Galeras de Sicilia.
•Tercio
Viejo del Mar Océano y de Infantería Napolitana.
De
ellos, el primero es realmente el "alma mater" de la Infantería de
Marina.
Hasta
1704, durante el reinado de Felipe V, los Tercios se convierten en los
Regimientos de Bajeles, Armada, Mar de Nápoles y de Marina de Sicilia, parte de
los cuales pasan posteriormente al Ejército de Tierra y el resto sigue en la
Armada constituyendo el "Cuerpo de Batallones de Marina".
Entre
las acciones más destacadas de esta época cabe citar:
•La
expedición de Argel, 1541.
•La
batalla naval de Lepanto, 1571.
•La
expedición de Túnez, 1573.
•La
conquista de la Terceras y Azores, 1582.
•La
expedición a Inglaterra, 1599.
•La
expedición a San Salvador , Brasil, 1625.
Segunda Época
(1717-1827).
Cuerpo
de Batallones de Marina.
Organizado
en 1717 por el Ministro de Marina e Indias D. José Patiño, llegó a tener 12
batallones, siendo los primeros en constituirse los denominados: Armada,
Bajeles, Marina, Océano, Mediterráneo y Barlovento. Su misión se centró en la
guarnición de los buques en los que predominaban los fuegos de fusilería
durante el abordaje, además de formar parte de las dotaciones de artillería y
de realizar desembarcos, formando parte de las "Columnas de
Desembarco" constituidas por la suma de las guarniciones de los buques que
intervenían en la acción.
Durante
esta época, un total de 110 años, su actuación fue decisiva en múltiples
ocasiones, pudiendo citar entre otras:
•Conquista
de Cerdeña, 1717.
•Conquista
de Nápoles y Sicilia, 1732.
•Expedición
a Pensacola (Florida), 1770.
•Defensa
de La Habana, 1762.
•Expedición
a Argel, 1775.
•Desembarco
enTolón, 1793.
•Defensa
de Ferrol, 1800.
•Reconquista
de Buenos Aires, 1806.
En
la guerra de la Independencia se distingue en las acciones de Bailén, Ocaña,
Talavera, Fuente Frías y Tolosa.
Tercera Época
(1827-1931).
Real Cuerpo de Infantería de Marina. Las
necesidades de las guerras carlistas, cantonales y ultramarinas, dan a la
Infantería de Marina un carácter de Fuerza Expedicionaria casi permanente.
Las
campañas de Conchinchina (1858), Méjico (1862), Santo Domingo (1804), Cuba y
Filipinas (1898), y las de Africa (1859), son los escenarios de los Batallones
Expedicionarios, alguno de los cuales llegó a permanecer diez años seguidos en
los territorios de ultramar.
En
esta época tiene lugar una de las actuaciones más gloriosa del Cuerpo de
Infantería de Marina, la acción de San Pedro Abanto, el 27 de marzo de 1874
durante las guerras carlistas. En ella, el segundo Batallón del Primer
Regimiento de Infantería de Marina, al mando del Teniente Coronel D. Joaquín
Albacete Fuster, asalta las trincheras a "paso de ataque" con sus
oficiales al frente de las compañías, rompe el cerco de Bilbao, llegando hasta
Murrieta en una heroica y brillante carga a la bayoneta.
Los
acontecimientos del Norte de Africa, en las primeras décadas del siglo XX,
reclamaron la intervención de las Unidades de Infantería de Marina que se
distinguen en numerosas acciones: desembarco y ocupación de Tánger (1906),
desembarco en Larache (1911), combates de Bu-Maiza (1912), T´Zaletza (1913), el
Fondak (1919), Kudia Rapta y el desfiladero de Afarmun (1920), Verda y
Dar-Mestad (1921). En 1925 tiene lugar el desembarco de Ahucemas, brillante
acción de los Ejércitos Nacionales, en el que un batallón expedicionario del
Cuerpo toma parte, en vanguardia, de la columna del General Fernández Pérez.
Cuarta Época (1931-
1957).
Cuerpo de Infantería de Marina. Al finalizar
la Primera Guerra Mundial y fundamentalmente por el llamado "desastre de
Gallipoli", cuyo fracaso no fue objeto de un detallado análisis, y pese al
éxito del desembarco del Alhucemas, se abandona por parte de todas las
potencias la táctica del asalto anfibio. Todas las Infanterías de Marina del
mundo entran en crisis, y la Española no es una excepción, siendo declarada a
extinguir en 1931.
La
Guerra Civil en 1936 reactiva una vez más a la Infantería de Marina. Sus
unidades en ambos bandos combaten con heroísmo y distinción tanto en tierra
como a bordo de los buques.
Finalizada
la Guerra Civil, la actividad de la Infantería de Marina se limita, fundamentalmente,
a guarnición de bases navales y dotación de buques.
La
Segunda Guerra Mundial pone de manifiesto nuevamente la importancia de la
Guerra Anfibia, el avance tecnológico de los medios, y las lecciones aprendidas
de fracasos como el de Gallipoli posibilitan los nuevos procedimientos para
realizar el asalto anfibio, lo que mueve a que los cuadros de mando de la
Infantería de Marina realicen un esfuerzo de preparación y estudio que les
permita ponerse al día en estas nuevas técnicas.
Durante
esta época, las Unidades de Infantería de Marina recuperan su antigua
denominación de Tercios, el de Ferrol, Cartagena, Cádiz y Baleares, y reciben
el nombre de Agrupaciones las Fuerzas de la Jurisdicción Central (Madrid) y de
la Base Naval de Canarias.
Quinta Época
(1957-actualidad).
Esta
época, denominada la "actual", se inició en 1957; en ella la
Infantería de Marina recuperó la misión de Fuerza de Desembarco que había
tenido en su primera época. Un Decreto de mayo de 1968 asigna a la Infantería
de Marina como misión principal "llevar a cabo acciones militares en la
costa, iniciadas en la mar, con arreglo a los planes redactados por el
mando", le corresponde además contribuir a la defensa y seguridad de las
instalaciones, formar parte de dotaciones de buques y asistir a las autoridades
marítimas cuando el ejercicio de su autoridad lo requiera.
Cuando
las circunstancias lo requirieron volvió a hacer acto de presencia en su
carácter de Fuerza Expedicionaria, como en las operaciones de Ifni y Sáhara
(1957), estableciendo la primera cabeza de playa en la zona de operaciones,
mereciendo la distinción del alto jefe del Gobierno General de aquellos
territorios.
Se
llevó primero a cabo la creación del "Grupo Especial" y
posteriormente en 1969 por Decreto es reestructurado, recuperando su vieja y
tradicional designación de "Tercio de Armada".
La
Infantería de Marina adquiere una gran capacidad y adiestramiento en el combate
en tierra al mismo tiempo que ha de dominar la complejidad técnica de las
operaciones anfibias, razón principal de un Cuerpo que "ha de ser capaz de
vivir en la mar para combatir en tierra".
En
1969, fuerzas de Infantería de Marina desembarcan en Guinea Ecuatorial para
proteger la evacuación de súbditos españoles residentes en la antigua provincia
africana.
En
1975, unidades de Infantería de Marina perteneciente al TEAR embarcan en buques
del Grupo Delta de la Flota, y se preparan para desembarcar en el Sáhara
Occidental, pero la evolución de los acontecimientos hace innecesaria su
intervención.
A
partir de 1989, después de la "caída del muro de Berlín" y la
desintegración de la Unión Soviética, en un nuevo escenario estratégico que se
caracteriza por la incertidumbre, las fuerzas anfibias adquieren aún una mayor
importancia y con ellas, las de Infantería de Marina. El alto grado de
alistamiento, interoperabilidad, la acción conjunta y multinacional, son
características de las fuerzas actuales y necesarias en el ámbito estratégico.
La
Armada Española inicia un programa de modernización del Grupo Delta de la
Flota, fruto del cual son las LST,s tipo "Hernan Cortes" y los nuevos
LPD,s tipo "Galicia".
La
Infantería de Marina para adaptarse al nuevo escenario estratégico inicia un
proceso de renovación orgánica, aprobado en 1996 por el Almirante Jefe del
Estado Mayor de la Armada, junto con un programa de renovación de armamento,
material y equipo. Al mismo tiempo que la Armada se esforzaba por modernizar la
Fuerza Anfibia, el Gobierno decidió la total profesionalización de las fuerzas
armadas, a lo que los planes de la Armada se ajustaron de una forma flexible.
A partir de 1990, unidades del Tercio de Armada vienen
actuando en zonas de operaciones tan diferentes como Bosnia-Herzegovina (desde
julio de 1996 en la operación OTAN Joint Forge en el marco de las misiones IFOR
y SFOR, y desde diciembre de 2004 en la operación UE Althea), IRAK/Océano
Indico (en las operaciones Iraqui Freedom y Enduring Freedom desde el 2002
hasta el 2004), Haití (entre noviembre de 2004 y marzo de 2006 con la FIMEX-H
en la operación Mar Caribe en apoyo a la misión MINUSTAH de Naciones Unidas) o
Líbano con una fuerza de primera respuesta enviada por España para integrarse
en la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL) entre septiembre y noviembre
de 2006.
También
la Fuerza de Protección (FUPRO) ha desplegado equipos de seguridad operativa
(EOS) en los buques que han participado en las misiones ATALANTA y SOPHIA y en
despliegues multinacionales como es el caso de las Agrupaciones Permanentes de
la OTAN.
Actualmente
hay un contingente de la Fuerza de Guerra naval desplegado en Iraq en el marco
de la operación “APOYO A IRAQ” y otro
del Tercio de Armada desplegado en Mali en la Operación “EUTM MALI”.